RECORVERABLE

El día amaneció algo extraño, la luz natural que cada mañana inunda mi habitación, era de un color gris-violáceo. Pese a ello, acudí a mis rutinas de cada mañana somnolienta y apesadumbrada ¡Qué día más raro! debe ser que va a llover, pensé.

Cogí mi paraguas y salí de casa para dirigirme al trabajo dando el corto paseo que lo separa de mi hogar, cosa por la que me siento bastante afortunada ya que no necesito enfrentarme al tráfico enloquecido cada mañana.

Al salir a la calle descubrí algo más extraño aún que el color de la luz de aquel día, llovía, si, llovía, pero no mojaba, mi asombro se multiplicó por mil al descubrir que las calles, los coches, las ventanas, los paraguas de la gente, se cubrían de unas pequeñas partículas violetas en forma de gota, vaporosas, suaves como algodón, que se acumulaban por todas partes a modo de fina lluvia. Esto tiene que ser un sueño, pensé, es imposible, pero lo noto tan real...

Las personas a mí alrededor actúan como si no pasara nada, siguen su ajetreo del día como si se tratase de algo habitual:

Un barrendero tararea su canción mientras recoge montoncitos de esas pequeñas gotas, la señora que limpia la ventana en su tarea matutina, los niños se dirigen a la escuela sacudiendo sus paraguas de esas gotas lila.

Mi perplejidad y estupor era tal, que no sabía si continuar mi camino o volver a casa,

¡Tengo que ver las noticias, leer periódicos, llamar a mi familia...saber que pasa!

En ese momento una idea se cruzó por mi mente: ¿Sera que yo estoy mal? ¿Soy la única a la que le sorprende esto? ¿Y si me toman por loca?

No, eso es improbable, imposible, tiene que haber una explicación lógica a todo esto.

Cogí mi teléfono móvil, miré la galería de fotos y no lo podía creer; en todas las fotografías dominaba esa luz violeta tan característica.

Sentí miedo, un miedo interno que hacía temblar mis rodillas y una gran confusión que aturdía mi cabeza... Estoy loca, estoy soñando, estoy loca, estoy soñando.

Volví a casa corriendo. Dentro todo parecía normal y me sentí más tranquila. Me senté en la mesa de la cocina aún estupefacta, cogí mi teléfono y llamé a mi hermana. Necesitaba contarle esto a alguien, aunque no sabía cómo hacerlo sin parecer una desvariada.

- ¿Si? ¿Dime?

- soy yo, te llamaba para…

- No lo sé. Estoy muy confundida.

- No, iba a ir, pero… algo extraño pasa.

- No me digas más, has salido a la calle y esperabas ver un cielo azul cuando lo que has encontrado es violeta y encima hoy hay lluvia de partículas, lo cual te habrás asustado más aún… ¿verdad?

- ¡Así es! ¿Cómo lo sabes? ¿Qué está pasando? ¡Estoy volviéndome loca!

- Tranquilízate todo tiene una explicación.

Entonces mi hermana me fue contando todo lo que estaba pasando:

A nuestra generación la llaman la generación púrpura por que nacimos después de la gran contaminación, nunca vimos el cielo azul y los prados verdes. Ahora el cielo es violeta, la vegetación gris y cuando hay nubes muy densas cae una fina lluvia lila que no es más que acumulación de polvo.

Con la nostalgia y empeño de nuestras generaciones anteriores de que nosotros pudiésemos experimentar cómo era el mundo sin contaminación que ellos conocieron, crearon el T.V.C.L (Tratamiento Virtual de Cielo Limpio) con el que a través de un sueño virtual podríamos vivir esa experiencia. El problema fue que después de aquel sueño las personas se daban cuenta de su funesta realidad, cosa que hasta entonces les había parecido normal y se sentían muy deprimidos. Por ello el T.V.C.L fue prohibido y las personas afectadas recibieron un tratamiento de amnesia localizada con el que los recuerdos de ese sueño virtual eran eliminados.

No te asustes, me dijo ella:

Busca en tu armario medicinal una ampolla de cristal que se llama UNRECOVERABLE, tómala y todo volverá a la normalidad. A veces… hay recaídas durante la fase REM del sueño que se quedan en tu subconsciente y te hacen revivir aquel mundo que ya no es.

Miré en el armario y efectivamente, allí estaba la medicina, pero decidí no olvidarlo.

Mi mundo ya no sería igual…